La etapa de la enseñanza secundaria es quizás la más importante para todo estudiante ya que durante la misma se tomarán decisiones que marcarán el resto de la vida laboral y personal del estudiante.
Escoger correctamente las asignaturas a cursar y las actividades optativas o extraescolares puede marcar diferencias significativas de cara al futuro del alumno, así que debe poner especial cuidado en este aspecto.
Muchas veces, cuando se comienza la secundaria no se tiene demasiado claro qué es lo que se desea estudiar en la universidad, pero generalmente si se sabe en qué dirección más o menos se desea ir. Normalmente las inclinaciones las cualidades de cada persona se ven ya mucho antes de comenzar estos estudios; unas personas tienen una mayor inclinación hacia asignaturas de las conocidas como de humanidades o ciencias sociales mientras que otras se encuentran más cómodas con las matemáticas o la física. Esta puede ser una primera criba a la hora de determinar nuestras elecciones.
Son muchos los alumnos que gracias a este tipo de actividades que van más allá de las obligatorias del aula descubren su verdadera vocación y, a partir de ese momento, comienzan a orientar sus pasos hacia ese terreno en concreto. O al contrario, comprueban que un campo que les parecía atractivo no lo es tanto una vez que tienen la ocasión de experimentarlo.
Lo bueno de la juventud es que es el mejor momento para conocer las opciones que se tienen por delante, aún hay tiempo para corregir malas elecciones y siempre se pueden descubrir cosas nuevas que hagan que alguien que comenzaba a perder el interés por sus estudios los retome con mucho más ánimo.
Pero por otro lado lo malo es que tantas opciones pueden llegar a hacer perder las perspectivas y creen en el joven una sensación de vértigo, de verse desbordado por tanta información, tantas actividades y las dudas que se le crean por verse incapaz de decidir que camino quiere tomar. En estos casos la ayuda de un buen tutor es determinante para que pueda ver las cosas desde un punto de vista positivo y bien orientado.
Es importante participar en diferentes actividades académicas más allá de las obligatorias. Con cuidado de no sobrecargarse y al final no tener tiempo para todo, ya que tener unas buenas notas en las asignaturas obligatorias es la parte fundamental del currículum de estudios secundarios. Anotarse a pequeños seminarios, a clubs de ciencias o de debates o ampliar los estudios de idiomas no solo ayudará a que se tenga más claro el camino que se quiere seguir, sino que también será una gran contribución a la formación y a la base necesarias para acceder a unos estudios superiores determinados.
Muchas universidades privadas tienen en cuenta estos aspectos del currículum a la hora de valorar si aceptan o no a un alumno en sus aulas. Si su objetivo es alguno de estos centros infórmese de qué tipo de actividades valoran más para sumar todos los puntos posibles de cara a lograr su meta. Si va a acudir a una facultad pública una buena base le puede ayudar a lograr mejores notas de acceso y conseguir becas de estudios o mejores oportunidades para desarrollarlos.
En definitiva, la época de los estudios secundarios es una etapa llena de posibilidades y oportunidades en la vida de un joven. Tener un buen currículum le abrirá al estudiante muchas puertas en el futuro y contribuirá a su formación académica y también a su desarrollo como persona. Es pues importante que se esfuerce en seleccionar cuidadosamente los aspectos que se incluirán en el mismo y tratar de conseguir que se resalten con buenos resultados.