Ejemplos de métrica con licencias poéticas
Vamos a analizar varios ejemplos de métrica, como el de este poema de Octavio Paz
Poema | Análisis | |
Sonámbulos, países sin substancia | So.nám.bu.los.pa.í.ses.sin.sub.tan.cia | 11 |
Ni peso, geografías dibujadas | Ni.pe.so.ge.o.gra.fí.as.di.bu.ja.das | 12 |
Por el sol y borradas por el viento. | Por.el.sol.i.bo.rra.das.por.el.vien.to | 11 |
Cuatro muros de adobe. Buganvillas: | Cua.tro.mu.ros.dea.do.be.Bu.gan.vi.llas | 11 |
En sus llamas pacíficas mis ojos | En.sus.lla.mas.pa.cí.fi.cas.mis.o.jos | 11 |
Se bañan. Pasa el viento entre alabanzas | Se.ba.ñan.Pa.sael.vien.toen.trea.la.ban.zas | 11 |
De follajes y yerbas de rodillas. | De.fo.lla.jes.i.yer.bas.de.ro.di.llas | 11 |
El heliotropo con morados pasos | El.he.lio.tro.po.con.mo.ra.dos.pa.sos | 11 |
Cruza envuelto en su aroma. Hay un profeta: | Cru.zaen.vuel.toen.sua.ro.maHay.un.pro.fe.ta | 11 |
El fresno –y un meditabundo: el pino. | El.fres.no.–iun.me.di.ta.bun.doel.pi.no | 11 |
El jardín es pequeño, el cielo inmenso. | El.jar.dín.es.pe.que.ñoel.cie.loin.men.so | 11 |
Verdor sobreviviente en mis escombros: | Ver.dor.so.bre.vi.vien.teen.mis.es.com.bros | 11 |
En mis ojos te miras y te tocas, | En.mis.o.jos.te.mi.ras.i.te.to.cas | 11 |
Te conoces en mí y en mí te piensas, | Te.co.no.ces.en.míi.en.mí.te.pien.sas | 11 |
En mí duras y en mí te desvaneces. | En.mí.du.ras.ien.mí.te.des.va.ne.ces | 11 |
Como vemos, en la segunda línea tenemos 12 sílabas, así que lo analizamos para ver si podemos utilizar alguna licencia poética de modo que tenga el mismo número de sílabas que el resto de los versos:
Ni.pe.so.ge.o.gra.fí.as.di.bu.ja.das
Comprobamos que tenemos dos opciones en la palabra ge-o-gra-fí-as, ya que podemos unir “geo”, o podemos unir “fías” creando una diéresis o dialefa. Unimos por ejemplo geo, porque queda más suave al pronunciarlo en alto y ya tenemos un poema con una métrica perfecta.
Otros ejemplos de métrica
Cada hoja es un recuerdo | Ca.daho.jaes.un.re.cuer.do | 7 |
Tan triste como tierno | Tan.tris.te.co.mo.tier.no | 7 |
De que hubo sobre ese árbol | De.quehu.bo.so.bree.seár.bol | 7 |
Un cielo y un amor; | Un.cie.loi.un.a.mor | 7 = 6 + 1 |
Reunidas forman todas | Reu.ni.das.for.man.to.das | 7 |
El canto del invierno, | El.can.to.del.in.vier.no | 7 |
La estrofa de las nieves | Laes.tro.fa.de.las.nie.ves | 7 |
Y el himno del dolor. | iel.him.no.del.do.lor | 7 = 6 + 1 |
En este fragmento de un poema de Manuel Acuña vemos como al medir el cuarto y el octavo versos sumamos una sílaba, ya que la última palabra es aguda.
A continuación vamos a ver un poema de Rubén Darío titulado “Cuándo llegues a amar”
Cuando llegues a amar, si no has amado, | Cuan.do.lle.gues.aa.mar.si.nohas.a.ma.do | 11 |
Sabrás que en este mundo | Sa.brás.queen.es.te.mun.do | 7 |
Es el dolor más grande y más profundo | Es.el.do.lor.más.gran.dei.más.pro.fun.do | 11 |
Ser a un tiempo feliz y desgraciado. | Ser.aun.tiem.po.fe.liz.i.des.gra.cia.do | 11 |
Corolario: el amor es un abismo | Co.ro.la.rioel.a.mor.es.un.a.bis.mo | 11 |
De luz y sombra, poesía y prosa, | De.luz.i.som.bra.po.e.sí.ai.pro.sa | 11 |
Y en donde se hace la más cara cosa | ien.don.de.seha.ce.la.más.ca.ra.co.sa | 11 |
Que es reír y llorar a un tiempo mismo. | Quees.re.ír.i.llo.rar.aun.tiem.po.mis.mo | 11 |
Lo peor, lo más terrible, | Lo.pe.or.lo.más.te.rri.ble | 8 |
Es que vivir sin él es imposible. | Es.que.vi.vir.sin.él.es.im.po.si.ble | 11 |
Vemos en este ejemplo de métrica que todos los versos son de once sílabas métricas excepto dos. Para que la métrica fuera perfecta deberíamos de intentar que estos dos tuvieran la misma medida. Para eso escogemos el verso de siete sílabas y vamos a transformarlo en uno de ocho mediante un hiato, es decir, deshaciendo la sinalefa que vemos que se ha hecho:
Sa.brás.que-en.es.te.mun.do
La palabra que acaba en vocal y la siguiente, en, comienza también con vocal, así que según las normas de la métrica se unen en una sinalefa. Nos tomamos una licencia poética y no la marcamos para que tenga ocho sílabas poéticas. Esta licencia se llama hiato.
Veamos para finalizar un poema de Quevedo, “A una dama bizca y hermosa” dónde vamos a ver un caso especial:
Si a una parte miraran solamente | Sia.u.na.par.te.mi.ra.ran.so.la.men.te | 12 |
vuestros ojos, ¿cuál parte no abrasaran? | vues.tros.o.jos.cuál.par.te.noa.bra.sa.ran | 11 |
Y si a diversas partes no miraran, | i.sia.di.ver.sas.par.tes.no.mi.ra.ran | 11 |
se helaran el ocaso o el Oriente. | sehe.la.ran.el.o.ca.soo.el.O.rien.te | 11 |
El mirar zambo y zurdo es delincuente; | El.mi.rar.zam.boi.zur.does.de.lin.cuen.te | 11 |
vuestras luces izquierdas lo declaran, | vues.tras.lu.ces.iz.quier.das.lo.dec.la.ran | 11 |
pues con mira engañosa nos disparan | pues.con.mi.raen.ga.ño.sa.nos.dis.pa.ran | 11 |
facinorosa luz, dulce y ardiente. | fa.ci.no.ro.sa.luz.dul.cei.ar.dien.te | 11 |
Lo que no miran ven, y son despojos | Lo.que.no.mi.ran.ven.i.son.des.po.jos | 11 |
suyos cuantos los ven, y su conquista | suy.os.cuan.tos.los.ven.i.su.con.quis.ta | 11 |
da a l’alma tantos premios como enojos. | daa..al.ma.tan.tos.pre.mios.co.moe.no.jos | 12 |
¿Qué ley, pues, mover pudo al mal jurista | Qué.ley.pues.mo.ver.pu.doal.mal.ju.ris.ta | 11 |
a que, siendo monarcas los dos ojos, | a.que.sien.do.mo.nar.cas.los.dos.o.jos | 11 |
los llamase vizcondes de la vista? | los.lla.ma.se.viz.con.des.de.la.vis.ta | 11 |
Hay dos versos que tienen doce sílabas y en principio no se podrían variar, ya que dónde se podría hacer una unión se ha realizado previamente. ¿Debemos de unir tres sílabas? La verdad, no es necesario, pues al leer el verso, la forma de pronunciarlo ya lo hace sonar como una única sílaba:
daa..al.ma.tan.tos.pre.mios.co.moe.no.jos
Al recitar este verso, la forma normal de pronunciar es daal-ma, por eso el poeta le ha puesto un apóstrofe en el original, lo que uniría las tres sílabas “da al al-ma” en un solo sonido.