Derecho a la igualdad

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Derecho a la igualdad: Definición general

El derecho a la igualdad es aquel que hace alusión al derecho inherente que tienen todos los seres humanos a ser reconocidos como iguales ante la ley y de disfrutar y gozar de todos los derechos que se le otorgan, sin importar su origen nacional, su raza, sus creencias religiosas o su orientación sexual.

Esta es la definición más extendida del derecho a la igualdad y en su brevedad encierra una gran cantidad de contenido y de luchas de las minorías, de las mujeres y de las diferentes razas a lo largo de los siglos para ser reconocidas como iguales ante la ley y ante la sociedad.

A lo largo de este artículo, se plantearán muchas preguntas directamente al lector, que pueden ser base de muchos ensayos. Al final del mismo se plantean temas para ensayos concretos.

Al tratarse de temas tan sumamente amplios y con tantas implicaciones, quiero disculparme ya que es imposible tratar con profundidad todo y dejo dicho de antemano que la intención es ofrecer un breve resumen que luego cada uno puede ampliar por su cuenta, en aquellos temas que le parezcan más interesantes.

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Lucha por el derecho a la igualdad de las diferentes razas

Una de las luchas más antiguas de la humanidad junto a la lucha de las mujeres. Los hombres siempre se han enfrentado entre sí por motivos de razas y nacionalidades. Para justificar estas luchas, los dirigentes potenciaban el odio hacia aquellos que eran diferentes, bien porque vivían en otros países y tenían otras culturas, bien porque tenían otra religión o porque su color de piel era diferente. Cuántas más cosas diferenciaran a las personas, más fácil era encender odios y fomentar guerras y enfrentamientos que beneficiaban a los poderosos, permitiendo que sus imperios se extendieran.

Estas guerras, normalmente, solo beneficiaban a las clases más altas, pero los que las hacían eran las clases bajas. El odio era la forma en que los nobles conseguían que el pueblo luchara por sus propios intereses, a costa de su vida y sus familias.

La esclavitud de los africanos para trabajar las tierras de América, por ejemplo, se explicaba desde un punto de vista de inferioridad intelectual, pero el verdadero motivo de la misma era económico. Era imposible mantener las plantaciones en esas condiciones y con esas ganancias económicas si se utilizaran obreros pagados y con derechos.

La gran lucha de los afroamericanos en los EE. UU., primero para conseguir su libertad y años más tarde para conseguir los mismos derechos sociales que el resto de los ciudadanos, marcaron un antes y un después en la historia. Por un lado, con la abolición de la esclavitud en los países occidentales y más tarde, reconociendo, al menos en las leyes, el derecho a la no discriminación por cuestión de raza.

La mujer y el derecho a la igualdad

La mujer ha sufrido siempre diferentes tipos de discriminación, además de por raza, religión o condición social, su género en sí mismo ha sido motivo para darle un trato diferente y peor que al hombre.

Muchos han justificado en la Biblia y en las citas sobre todo del Antiguo Testamento que la mujer estuviera sometida al hombre. Lo cierto es que es rara la sociedad en la que esto no ocurre, independientemente de la religión o el momento histórico.

Los antropólogos tienen diversas teorías sobre el porqué la mujer ha sufrido siempre el sometimiento al hombre y la más aceptada es que ha sido por el tema de los hijos. Al someter a la mujer y recortar su libertad, el hombre se ha asegurado la paternidad de los hijos que estas tengan (piensen que el matrimonio por amor es algo muy reciente en la historia del hombre).

Un hombre, al desposarse, quería una mujer no tocada por otro hombre, para garantizar así que era una mujer a la que era posible someter, no rebelde, que no daría problemas y que pariría su descendencia y realizaría las tareas del hogar. A cambio, la mujer obtenía protección para ella y sus hijos.

La mujer era para la familia un objeto de intercambio con el que negociar un matrimonio que diera ciertas ventajas a la familia y debían de asegurar su pureza para que mantuviera su valor y esto sucedía en muchísimas sociedades a lo largo del mundo.

No ha sido hasta los tiempos más modernos en los que las mujeres han comenzado a trabajar fuera del hogar, a demostrar que pueden mantenerse por ellas mismas y que pueden llevar una vida independiente y autosuficiente, incluso cuando deciden compartirla con un hombre.

Aunque ahora nos pueda parecer duro, durante siglos y siglos no fueron consideradas seres humanos e incluso la Iglesia Católica negaba que tuvieran alma, poniéndolas al mismo nivel que los animales. Uno de los argumentos usado con los esclavos africanos, por cierto.

Primero tuvieron que conquistar su derecho a ser considerados seres humanos y solo tras eso pudieron comenzar a conquistar otros pequeños logros.

No fue hasta el siglo XX que consiguieron el derecho al voto de forma general en occidente. La primera guerra mundial cambió para siempre el modo de comportarse de la mujer, ya que en EE. UU. y en otros países participantes, los hombres jóvenes luchaban en el frente y se hizo necesaria la incorporación de las mujeres a las fábricas para realizar el trabajo y que estas siguieran produciendo. Al acabar la guerra, pretendieron que estas chicas volvieran a sus casas y se convirtieran en amas de casa al estilo de sus madres, pero ahora sabían que podían hacer esos trabajos y las cosas ya no volvieron a ser lo mismo.

Aunque la lucha por la igualdad de la mujer sigue teniendo mucho camino por recorrer, son muchos los avances del último siglo.

Es importante resaltar que la igualdad de hombre y mujer siempre debe de llevarse a cabo desde el respeto a las diferencias de género que existen entre ellos. Cierto es que una mujer siempre va a ser la que quede embarazada o que su fuerza física no es como la del hombre en general, pero esto no debe de considerarse algo malo, sino algo diferenciador y enriquecedor. Un hombre es más fuerte, una mujer crea vida. Ni mejores ni peores, con diferencias, pero iguales ante la ley y la sociedad.

La libertad religiosa

La religión ha sido causa de guerras, pero bajo la mayoría de ellas tan solo existían intereses económicos. La reconquista española, tan conocida y comentada, no era una guerra entre católicos y musulmanes, sino una pelea por el dominio de territorios de gran riqueza en recursos y de gran valor estratégico.

La mayoría de las religiones occidentales tienen a un mismo Dios en común e incluso aceptan al menos el Antiguo Testamento.  Sin embargo, todo el mundo se empeña en ver las diferencias y enfrentarlas.

Siempre y cuando se practiquen desde el respeto a los demás, sin tratar de imponer las creencias a nadie y permitiendo que las personas sean libres de entrar o de salir de una determinada congregación, las religiones y las creencias personales deben de respetarse y autorizarse.

Las religiones son creencias personales que no se deben de mezclar con el poder político. Las leyes deben de ser dictadas para todo el mundo y no solo para los partidarios de una doctrina.

La libertad de pensamiento

Todas las ideas políticas deben de ser libres y todo el mundo puede asociarse a partidos mientras estos cumplan con la legalidad vigente, respeten las leyes y no atenten contra los principios de las constituciones y de los derechos humanos.

En una democracia tan solo se prohíben aquellos partidos y asociaciones que atenten contra la ley, por ejemplo los que fomenten el odio por razones de raza o religión.

La tendencia sexual

Una persona debe de ser juzgada por lo que vale y lo que muestra, no por quién elija para compartir su vida. Esto debería de una opción personal de cada uno que para nada fuera motivo de discriminación o burla.

La homosexualidad ha tenido un tratamiento muy diferente en las sociedades que han ido sucediéndose a la largo de la historia del hombre, aunque solo las más antiguas lo aceptaban como algo normal. Lo más común siempre ha sido que los homosexuales llevaran sus prácticas como algo oculto y se desposaran y tuvieran hijos, aunque a escondidas tuvieran relaciones con personas del mismo sexo.  Esta hipocresía ha sido una de las notas más destacadas a lo largo de la historia de la homosexualidad.

La tendencia homosexual en un hombre o mujer era un peligro, ya que impedía algo fundamental en las sociedades: la reproducción. Sin hijos no había herederos ni perpetuación del apellido. Por tanto, no era algo aceptable.

Las religiones judío cristianas al principio y la musulmana más tarde, tampoco aceptaron la homosexualidad, considerándola contraria a las leyes de Dios.

Hoy en día la mentalidad general hacia la homosexualidad parece que comienza a cambiar, pero todavía no es algo tan sólido como se piensa e incluso países con leyes muy permisivas dan en ocasiones pasos atrás. Incluso sociedades supuestamente avanzadas, como la rusa, pretenden penalizar esta opción sexual y permiten que se golpee y se discrimine a personas homosexuales de manera totalmente impune.

Las leyes cada vez más, comienzan a proteger los derechos de las personas homosexuales, pero no hay duda de que aun queda un largo camino para conseguir la total normalización. ¿Cuáles cree usted que son los principales impedimentos para conseguir la normalización de la homosexualidad? ¿Qué papel juega la iglesia en este tema?

La discriminación económica

La clase social en la que se nace determina muchas cosas. Una persona que nace en la pobreza difícilmente tendrá acceso a una buena educación pues no podrá costearse los gastos que esta ocasiona. Además, en muchos casos es necesario que ese niño, apenas deje de serlo, se incorpore al mercado laboral para aportar.

Los gobiernos deberían de asegurarse de que todas las personas, independientemente de su origen, tienen derecho a una educación y una formación que les permita acceder a las mismas oportunidades que otros nacidos en clases sociales más favorecidas. Para esto se deben de facilitar becas de estudios, programas de educación gratuitos y otras medidas que pudieran precisarse, tales como campañas de concienciación para los padres.

Lo mismo sucede con otros derechos básicos, tales como la sanidad, que debería de estar al alcance de todo el mundo y no ser objeto de comercio.  ¿Qué opina usted? ¿Hasta qué punto una sanidad debe de ser gratuita y universal? ¿Cómo puede un estado permitirse esto?

 

Herramientas legales para conseguir el derecho a la igualdad en la sociedad occidental

 

Las leyes= El principio de igualdad debe de ir incluido en  el principio de legalidad. Ningún acto que atente contra la igualdad de las personas debería de ser legal en ningún país.

Las cuotas o la discriminación positiva = Muchos defienden que los sistemas de cuotas, también conocidos como discriminación positiva, son la herramienta más eficaz para conseguir que las mujeres o las personas de razas o etnias diferentes puedan llegar a puestos de importancia, a realizar estudios universitarios o a formar parte de los gobiernos.

En algunos países un determinado número de becas de estudio y de plazas en las universidades están reservadas para minorías étnicas y muchos partidos políticos tienen sistemas de cuotas, que les obligan a llevar a un número determinado de mujeres en sus listas.

En las listas de empleo de grandes empresas y del gobierno, un porcentaje se reserva para personas que sufren alguna discapacidad.

Los partidarios de este sistema defienden que ya que la sociedad pone mucho más difícil a estas personas acceder a determinados puestos, una manera de equilibrar las cosas y equilibrar la balanza es estableciendo estas cuotas.

Para los contrarios a las cuotas, la discriminación del tipo que sea siempre es negativa y estas personas siempre tendrán, para la sociedad, la tacha de que han conseguido su puesto por cubrir un porcentaje y no por méritos y valía.

En una sociedad ideal, las cuotas o discriminación positiva no serían necesarias ya que todo el mundo tendría las mismas oportunidades y tan solo el esfuerzo personal y los méritos determinarían el lugar que cada uno fuera a ocupar. Pero mientras no se alcance esta sociedad ¿piensa usted que el sistema de cuotas es justo? ¿Cree que habría otra forma mejor de hacer las cosas?

Herramientas sociales para conseguir el derecho a la igualdad en la sociedad actual

No solamente las leyes deben de encargarse de garantizar el derecho a la igualdad de todas las personas. La sociedad en general y cada uno de nosotros como ciudadanos, podemos contribuir a que en nuestro entorno haya una mayor justicia y unos principios basados en la no discriminación por razón de género, de edad, de raza o de creencias religiosas.

– El papel de las familias y la transmisión de valores = La familia es la principal fuente de valores para los niños, que serán los que construyan la sociedad del mañana. Las familias no solo deben de ser ejemplo con sus palabras, sino con los actos que realizan día a día ya que estos serán los que realmente dejen la huella en sus hijos.

La educación en los colegios = Además de su papel en la enseñanza de valores, los maestros y el sistema educativo deben de ser capaces de mostrar a los niños el largo camino que se ha recorrido en la conquista de la igualdad de género o de razas y lo que todavía queda por hacer. Se les debe de enseñar la Ley, lo que se defiende en estos terrenos y lo que ellos pueden hacer para mejorar la sociedad.

Actos cotidianos que discriminan a las personas = Reírse de un niño que juega con una muñeca, como si el papel de un padre no pudiera ser igual al de una madre en el cuidado de un bebé y por tanto el jugar a ejercitar ese tipo de rol, es un ejemplo cotidiano que podemos ver en muchos hogares. Con actos como este, les decimos a los niños que son las madres las que se ocupan de los bebés, que no son cosa de los hombres y por tanto ellos no verán como algo natural cambiar pañales, dar un biberón, bañar a su hijo y en definitiva disfrutar de todas esos pequeños regalos que puede dar la paternidad. Si además su padre no lo hace en el hogar con sus hermanos más pequeños, este pensamiento quedará mucho más reafirmado.

Lo mismo ocurre si ve que su madre es la única que cocina, limpia o friega o si cuándo llega a la adolescencia él goza de una libertad que es negada a sus hermanas.

En un colegio de España hubo hace unos meses un conflicto, porque algunos padres denunciaron que durante el tiempo de recreo, el patio del colegio se dividía de la siguiente manera: la mayor parte del espacio era para jugar al fútbol, deporte que tan solo realizaban los niños, que no dejaban participar a sus compañeras. En una pequeña parte del patio, se encontraban todas las niñas y los chicos más pequeños que no podían correr tras la pelota, sin espacio para sus juegos. Esto dio lugar a muchos debates en el colegio sobre si era o no un tipo de discriminación a favor de los varones, agravado por el hecho de que se consintiera que estos no permitieran jugar a las niñas con ellos. ¿Qué le parece a usted?

Otro motivo de polémica en el mundo es la utilización de imágenes de niños, nunca de raza blanca, en situación de pobreza y miseria para pedir dinero para campañas de educación, de sanidad o cualquier otra obra social. Estas campañas, para muchos sociólogos, refuerzan en las personas la idea de que estas razas no son autosuficientes y necesitan la ayuda de las personas de raza blanca para salir adelante. No se reflejan los problemas políticos y económicos, solo los niños y su pobreza, creando la idea de que son razas “dependientes” y por tanto inferiores. ¿Piensa que esto puede ser así?

Las bromas sobre homosexuales o lesbianas, con los estereotipos sobre las personas con estas opciones sexuales continúan presentes en la televisión, la radio y en la sociedad en general, como algo “normal”. Aunque ya no se permiten en la misma forma que hace unos años y ahora el lenguaje políticamente correcto impera en gran parte de los medios, no sucede lo mismo en la calle. ¿Por qué cree usted que esto puede ser así?

El derecho a la igualdad en el mundo actual: el prototipo de varón blanco heterosexual y de clase social medio/alta

Pocos dirigentes occidentales se atreven a utilizar un lenguaje que discrimine de forma directa a ningún grupo. Sin embargo, en estas sociedades sigue existiendo un prototipo de persona con éxito y se trata de un hombre, de raza blanca, heterosexual y con un buen nivel económico. En los Estados Unidos se añade además que sea protestante y son los conocidos como WASP.

El sexo, el color de la piel y sobre todo el nivel económico son determinantes. Y todo va unido, ya que en la sociedad occidental la relación entre el nivel económico y el color de la piel es muy evidente.  Algunos lo justifican diciendo que en determinados países las personas de raza blanca son más y por tanto es normal que haya más blancos en puestos altos o en buenos empleos. Pero si se analiza por porcentajes, lo cierto es que las cifras no concuerdan.

Las mujeres de clase alta pueden ser tantas como los hombres, pero muchas lo son por familia y matrimonio y, aunque aumentan las cifras, son minoría las que escalan socialmente por su trabajo y que están situadas en puestos muy relevantes de las principales empresas o de la política.

Romper este prototipo no es tarea fácil, pero es la única forma de alcanzar una sociedad mucho más igualada y justa. ¿Qué haría usted para combatir este prototipo? ¿Cree que sigue siendo tan importante o que ya no lo es tanto?

El experimento de la maestra Elliot: una historia que puede dar mucho que pensar

La historia de la maestra Elliot, que pueden leer íntegramente en el segundo enlace que hay al final de este artículo, da mucho que pensar.  En una época en la que en los EEUU los niños de raza blanca tenían escuelas a las que no podían acudir niños con otro color de piel, esta profesora llevó a cabo un experimento muy importante sobre la discriminación y sus consecuencias psicológicas.

En una primera fase hizo pensar a los niños rubios y de ojos azules que eran superiores a sus compañeros de pelo y ojos oscuros. Curiosamente, los niños que se creían superiores pronto comenzaron a actuar como tales, sintiéndose reforzados, más seguros de sí mismos y obteniendo mejores resultados en sus ejercicios. Pero los niños a los que tacharon de inferiores, también se lo creyeron rápidamente y pronto comenzaron a portarse según el rol asignado, asumiéndolo y realizando peores tareas. Y también surgieron los insultos y los comportamientos discriminatorios.

Lo mismo pasó cuando la maestra Elliot les hizo creer que todo era un error y que realmente los morenos eran los superiores. Era la maestra, los niños ni siquiera se cuestionaron lo que ella decía. Como autoridad intelectual y moral, los niños asumían como verdad todo lo que les decía y aceptaban su condición.

Este es el verdadero daño de la discriminación, el que se hace desde la infancia, por parte de padres y educadores que pueden hacer sentir a unos niños superiores por tener una religión diferente, un color de piel concreto o por pertenecer a un sexo determinado. ¿No da para pensar en muchas cosas?

Temas para ensayos relacionados con el derecho a la igualdad

– ¿Somos los hombres realmente iguales?

– La discriminación de la mujer en tu país

– Los pueblos indígenas americanos: su discriminación a lo largo de los siglos y en la actualidad

– La situación de la mujer en el tercer mundo

– La discriminación por cuestiones económicas: el papel de la sociedad

– ¿Es la galantería un tipo de machismo?

– Las leyes de tu país y sus artículos relacionados con la igualdad: analiza si son suficientes y que cambiarías

– Los motivos económicos de la discriminación

 

 

 

http://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_a_la_igualdad

http://www.ikerjimenez.com/cuartomilenio/9-temporada/9×36/videos/reflexion/

http://www.amnistiacatalunya.org/edu/es/historia/inf-mujeres-hist.html

 

Imagen procedente de http://eticaconwilly.blogspot.com.es/2012/07/8-b.html

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