El amor romántico es realmente difícil de definir. Son muchos los escritores y poetas que con mayor o menor éxito han tratado de describir un sentimiento que para algunos supone paz armonía y para otros una violenta revolución de los sentidos. El amor nace sin una razón lógica y puede desaparecer del mismo modo, no se ciñe a reglas, normas ni a ningún tipo de orden.
Cada persona puede definirlo de una forma completamente diferente y aunque quizás nadie ame de la misma manera, todos entendemos lo que es el amor romántico y sus diferencias con otros tipos de amor como el filial o el que sentimos por los amigos.
Un sentimiento antiguo como el hombre.
El amor es un sentimiento que no diferencia entre reyes y plebeyos, son muchas las historias de románticas que han pasado a la historia por su tragedia, su intensidad o como ejemplo del amor perfecto. Algunas de ellas muy antiguas y a medio camino entre la historia y la leyenda, como el romance entre el Rey Salomón y la Reina de Saba, o la mítica historia entre Cleopatra y Marco Antonio, que influyó en el curso de la historia.
Otro gran romance mucho más actual es el de Grace Kelly y Rainiero de Mónaco, en la que se daban todos los tópicos para convertirla en una historia de novela: una joven y hermosa actriz americana y el gobernante de un pequeño y lujoso principado europeo. El trágico final con la muerte de ella en un fatal accidente fue el broche para que la historia fuera aún más literaria.
El amor trágico mitificado por la literatura y el cine
Es curioso que todos afirmemos desear ser felices pero sin embargo las historias de amor que más han calado a lo largo de los siglos, en diferentes generaciones y culturas muy divergentes, son justamente aquellas que tienen un final trágico.” Romeo y Julieta”, de W. Shakespeare es quizás el máximo exponente de estas historias donde el amor debe de enfrentarse a un sin fin de obstáculos insalvables. El triste final es inevitable para los que intentan hacer prevalecer su amor ante el mundo.
Actualmente parecen tener más éxito aquellas en las que, como en las telenovelas, los amantes se ven obligados a luchar por su relación y sufren tratando de salvar las más imposibles dificultades. Finalmente el amor triunfa y obtienen la recompensa a su empeño.
Pensamientos contrarios al amor romántico
Muchos pensadores argumentan que el amor romántico solo lleva a la frustración ya que la pasión del inicio, por propia naturaleza, tiende a desaparecer con el paso del tiempo y muchas personas no preparadas para ello tendrán una fuerte sensación de fracaso afectivo. El cariño que nace por el roce y el conocimiento de las personas, según estas teorías, es más fuerte ya que partiendo de cero va creciendo a medida que se “aprende a querer” a quien tenemos al lado.
De esto modo se defienden los matrimonios por conveniencia, ya que la familia escogerá a la persona adecuada para nosotros, una persona de un nivel social parecido y para quienes la unión supone beneficios mutuos. Pero quizás sea un argumento que olvida que la naturaleza humana no es tan fácilmente programable y que los sentimientos son realmente imposibles de contener para siempre.
Por suerte son cada vez más las sociedades que consideran que el individuo debe de ser libre para escoger a la persona con la que compartir su vida. Aún cuándo puedan equivocarse y no sea hasta que la muerte les separe.
No se pueden poner puertas al campo
Ni tampoco barreras al amor, ya que es un sentimiento demasiado fuerte para someterlos siempre y en todos los casos. Complicado de definir, difícil de mantener vivo y muchas veces confundido con otros sentimientos. Pero el amor correspondido es algo que todos deberíamos experimentar a lo largo de nuestra vida.
Cómo decía Lope de Vega en su poema “Desmayarse”, dónde definía su visión del amor:
“(…) creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe.”