Ficha biográfica
Nombre completo = Carlos de Habsburgo
Títulos principales = Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico
Nacimiento = Gante, 24 de febrero de 1500
Fecha de fallecimiento= Cuacos de Yuste, 21 de septiembre de 1558
Breve biografía
Carlos de Habsburgo es hijo de Felipe I, conocido como Felipe El Hermoso e hijo a su vez de Maximiliano I de Habsburgo y María de Borgoña y de Juana I de Castilla, que pasaría a la historia con el sobrenombre de Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos. Esta herencia familiar lo haría heredero del trono de España y del trono imperial de Alemania. Por este motivo se le conoce como Carlos I de España y V de Alemania. Su infancia fue la típica de un heredero a la corona de la época. Con tan solo un año sus padres ya firmaron un compromiso matrimonial entre su hijo y la hija de Luis XII de Francia. Criado en territorio alemán, cuando pisó España por primera vez ni siquiera hablaba bien la lengua.
Quedó huérfano muy joven, ya que su padre falleció cuando todavía era un niño y su madre fue recluida en un convento y despojada de su derecho al trono debido a sus problemas mentales. Fue su propio padre el que la encerró y se proclamó regente del joven rey, todavía menor de edad. Su abuelo paterno se hizo con el gobierno en su nombre en el territorio de los Habsburgo, delegando al poco tiempo en su hija Margarita, a la que cede la tutela de su hermano. Con quince años es nombrado mayor de edad y accede al trono alemán, no así al de España ya que su abuelo no cede el poder hasta su muerte, teniendo que ser seriamente aconsejado para que no nombre sucesor al hermano de Carlos, Fernando, que era su nieto favorito y además había sido educado en España.
Tras resolver muchos problemas legales para lo que fue necesario la actuación diplomática de nobles tanto españoles como alemanes, en el 1518 se juró lealtad al rey Carlos I por parte de la Corte de Castilla, el cual subió al trono acompañado de su madre y prometiendo una serie de condiciones entre las que estaban un mejor trato para esta y el no sacar riquezas del país para llevarlas al otro reino. Los reinos de Aragón y Cataluña tardarían aún más tiempo en reconocer al monarca como legítimo sucesor al trono. Tras un largo proceso de más de cuatro años, Carlos I se convierte en el primer monarca español que ostenta las coronas de Castilla, Aragón y Navarra. Gran parte de los problemas que tuvo el monarca para conseguir su corona en España fueron causados por su tozudez a la hora de rodearse de altos cargos y nobles flamencos en detrimento de los Españoles.
España tenía en aquel entonces grandes posesiones en las llamadas Indias, la actual América. Durante su reinado tuvo lugar la época conocida como de los conquistadores, con todas sus luces y sus sombras. Hernán Cortés luchó contra el pueblo Azteca conquistando el actual territorio de México y dando origen al Virreinato de Nueva España; Pedro de Alvarado hizo lo mismo con los mayas creando el Reino de Guatemala; Francisco Pizarro ganó para la corona española el Virreinato del Perú y Gonzalo Jiménez de Quesada se impuso contra los chibchas, sumando el actual territorio de Colombia a la corona bajo el nombre de Nuevo Reino de Granada. Es la época de las expediciones a la búsqueda de “El Dorado” y la primera vuelta al mundo, comenzada por Sebastián Elcano y acabada por Fernando de Magallanes en 1522, que dio lugar al descubrimiento de las Islas Filipinas y las Marianas. Cientos de barcos con colonos españoles cruzaron el Atlántico para establecerse allí y crear nuevas ciudades. Las riquezas de esas tierras, en especial el oro y la plata, eran arrancadas de la tierra y enviadas a España en barcos que llenaban las arcas de una corona que comenzó a volverse insaciable. A pesar de todo esto, América nunca fue una auténtica preocupación para Carlos V, demasiado sumido en los problemas europeos para poder centrarse en todo lo que estaba ocurriendo más allá del mar.
Como monarca alemán dos fueron sus principales luchas: contra el Imperio Otomano y contra el luteranismo. La amenaza del Imperio Otomano hacía necesaria la unidad no solo militar, sino también religiosa de Europa y puso todo su afán en declarar el luteranismo una herejía. Carlos V confirmó el Edicto de Worms de 1521, lo que supuso la excomunión para los luteranos pero tras numerosos conflictos políticos y religiosos en 1555 tuvo que firmar la conocida como “Paz de Augsburgo” que garantizaba al pueblo alemán la libertad para elegir entre la religión católica y la protestante.
Aunque el sueño de Carlos I de España y V de Alemania había sido el de construir un imperio europeo muy fuerte, antes de morir pudo intuir como esto no iba a ser así y mientras que España se convertía en una potencia fuerte, el resto de Europa se iba a ver diluido en diferentes reinos y principados enfrentados entre ellos. Abdicó a favor de su hermano Fernando al que dejó al frente del Imperio europeo y dejó España y las Indias en manos de su hijo Felipe II.
Ensayo sobre Carlos I de España y V de Alemania “Un rey que no entendía a su país”
El reinado de los conocidos como Reyes Católicos pasó a la historia por dos motivos principales: el descubrimiento de América y la Reconquista de los territorios peninsulares a los árabes. Esta Reconquista fue mucho más allá, ya que hasta el momento, España era un conjunto de diferentes reinos independientes que bajo el reinado de Isabel y Fernando se unieron bajo una misma corona, al menos legalmente. La reina Juana, heredera del reino de Castilla, sufría problemas mentales y fue apartada primero por su marido y luego por su padre, recluida toda su vida en Tordesillas. Fue su hijo el encargado de heredar un caramelo envenado, un país que no estaba tan unido como parecía y que sin duda él no era la persona idónea para estabilizar, al menos a priori.
Para realizar esta afirmación me baso en todos los problemas que Carlos I tuvo para conseguir ser reconocido como heredero al trono. Una de esas razones es que mostraba un escaso conocimiento sobre el país y sobre sus costumbres, pero lo que es peor, tampoco mostraba un interés real por conocerlo. Fue educado en la corte de Habsburgo al contrario de su hermano Fernando, que creció junto a su abuelo materno en España y que era considerado la persona ideal para heredar el trono porque era uno “de los suyos”. No ayudó en absoluto que cuando el joven monarca llegó a España no fuera capaz de hablar la lengua con fluidez y se empeñara en acompañarse de nobles y asesores flamencos que se sentían superiores a los españoles y se mostraban altivos.
Existía también el temor a que el rey extranjero decidiera expoliar las riquezas del reino español llevándoselas para su corte de Habsburgo, por lo que fue obligado a firmar un acuerdo por el que no podía sacar nada de valor del país. Es evidente que era considerado alguien de fuera que no merecía confianza y del que solo se podían esperar trucos y jugarretas para robar el oro procedente de América.
Por último y no menos importante, las injusticias cometidas contra su madre, Juana I, eran conocidas por todo el pueblo que profesaba un gran cariño hacia su reina “loca”. Juana había sido primero despreciada por su marido, que no dudó en serle infiel a menudo, cosa normal en la época ya que se trataba de un matrimonio político. Pero ella, realmente enamorada del joven Felipe, sufrió enormemente por ese motivo y su historia de amor caló entre el pueblo. Más tarde, su padre la declaró oficialmente enferma mental para recluirla y alejarla de sus derechos al trono y su hijo, aunque reinaba junto con la madre de forma oficial, también la ignoró y la mantuvo en su encierro. Por este motivo fue obligado a dar su palabra de que la madre recibiría un mejor trato del que tenía entre las condiciones que debió de aceptar para conseguir el reino de Aragón.
Poco respetuoso con las costumbres españolas, despreciativo con la nobleza del país y claramente considerado mal hijo, Carlos I tenía todas las papeletas para ser odiado por su pueblo. Mal aconsejado desde el principio por sus asesores, no supo comenzar su andadura en España con buen pie lo que casi consigue que los partidarios de su hermano lograran convertirlo en heredero, lo cual era también el deseo de su abuelo Fernando. Solo grandes trabajos diplomáticos y largas negociaciones consiguieron poner sobre su cabeza la que fue la primera corona que aunó a todos los reinos de España en una misma persona.