Valores cívicos: definición
Los valores cívicos son aquellos que cada persona tiene hacia su país y la sociedad en la que vive. Estos valores se estudian en la filosofía, en el apartado de ética cívica.
Cómo suele ocurrir en el campo de los valores, es a veces difícil delimitar entre valores morales, cívicos o humanos, ya que están tan relacionados que en ocasiones unos se superponen a los otros. Es natural que sea así y un valor puede tener componentes morales, cívicos y también humanos ya que no son en absoluto incompatibles.
Los valores cívicos permiten que podamos convivir dentro de un contexto social y que tengamos el sentimiento de pertenencia a un pueblo o a una nación. De esta forma aprendemos a respetar las diferencias con otras naciones, pero también a sentirnos orgullosos de nuestras propias características como pueblo.
¿Cuales son los valores cívicos?
Cómo hemos comentado algunos valores se pueden interpretar desde diferentes puntos de vista y según como se estudien se enmarcan en uno u otro tipo de valores. Pero dicho esto los valores cívicos comúnmente aceptados como más importantes serían los siguientes:
La libertad: No se confunda. La libertad no es hacer lo que nos venga en gana en cualquier momento, es algo mucho más grande y profundo. Se trata de la capacidad que el ser humano tiene para poder elegir su propio camino. Es decir, la capacidad de NO hacer algo que podríamos hacer y nos apetece, porque SABEMOS que es incorrecto y consideramos que NO entra en los valores que deseamos seguir.
En una sociedad somos libres cuándo podemos decidir sin amenazas y podemos optar por tener unas ideas determinadas y expresarlas libremente, siempre y cuando sean ideas respetuosas con los demás y con los valores democráticos. También tenemos libertad para elegir a los representantes políticos. En una sociedad democrática y libre también podemos hacer valer nuestro derecho para vivir dónde queramos dentro de las posibilidades de cada uno, escoger la ropa que queremos vestir o los locales y marcas que queremos consumir.
Ejercer la libertad de una forma responsable es necesario para que la sociedad funcione de un modo satisfactorio y es una prueba de madurez tanto a nivel individual como a nivel de sociedad democrática y libre.
Un tema interesante para debate podría ser ¿es una muestra de libertad la renuncia a ciertas expresiones de la misma o es autorrepresión? Por ejemplo, en un momento político complicado o si el país vive una situación crítica ¿se debe de apoyar al gobierno aunque no se esté de acuerdo con sus actuaciones para intentar la estabilidad? ¿O se debe de ser coherente con la libertad de expresión aunque pueda llevar a serios problemas políticos?
La humildad: La humildad es un valor que proporciona a la persona la capacidad de aceptarse tal y como es, sin menospreciarse por sus fallos pero sin vanagloriarse por sus aciertos. Una persona humilde aceptará a los demás de este mismo modo. La humildad nos permite mejorar como personas y como sociedad, aprender de los errores y valorar los consejos que otros nos ofrecen aceptando aquellos que consideramos correctos.
La humildad nos permite además hacer las cosas simplemente porque es lo correcto y beneficia al bien común y no por simple interés personal.
Un buen tema de debate sería definir las diferencias entre humildad y falta de autoestima, o ¿es mejor fingir una falsa humildad que no se siente y que implica falta de sinceridad, o proclamar el orgullo que se siente por un logro aunque pueda resultar ofensivo para otras personas?
La justicia: Ser justos con los demás no implica ser jueces. No debemos de juzgar todos los actos del prójimo pero si tratarlos a todos de una forma igualitaria y equitativa. Como sociedad debe de existir una justicia igual para todos, que garantice nuestra seguridad, el cumplimiento de nuestros derechos y la resolución de los conflictos de una manera efectiva.
La justicia nos proporciona la capacidad de diferenciar lo propio de lo ajeno, es decir, de respetar la propiedad privada y también los derechos del resto de personas de nuestro entorno.
El respeto: El respeto como valor, nos enseña a entender que podemos ser iguales en nuestro valor como personas, pero diferentes en cuanto a ideas o creencias. Defender nuestro pensamiento no tiene por qué implicar despreciar el del contrario. Uno de los sentimientos humanos en los que se basa el respeto es en la empatía. Esto es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona y ser capaces de entender sus reacciones y pensamientos aun cuándo no los compartamos.
También existe el respeto a las normas y leyes. Cuándo una ley no nos gusta podemos luchar por cambiarla dentro de los cauces democráticos que existen para ello. Sin embargo algunas personas creen que el respeto a las normas solo debe de darse cuándo son justas. Si una ley es radicalmente contraria a los derechos básicos de las personas entonces deberíamos de recurrir a la desobediencia civil como arma para cambiar las cosas. ¿Qué opina de esto? ¿Cree que para que exista la paz es fundamental cumplir la ley aunque esta pueda ser muy injusta y luchar por cambiarla por otras vías? ¿Cree que si no existiera la desobediencia civil no se habrían producido avances sociales, o no tan pronto, como por ejemplo la igualdad de razas en los EEUU?
La igualdad: La igualdad social implica que todos los ciudadanos deben de tener los mismos derechos, sin imponerse unos sobre otros ni haber discriminación por razón de sexo, raza, etnia o ningún otro factor ideológico. No debe de existir la superioridad de unas personas sobre otras basadas en ningún supuesto y el estado debe de garantizar que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades e igual consideración ante las administraciones.
La igualdad no implica uniformidad y esto se expresa bien en un lema de una campaña contra la discriminación que se hizo hace algunos años en España y que tenía por título «Somos diferentes, somos iguales».
La solidaridad: Podríamos definir la solidaridad como el apoyo a aquellas personas o sectores sociales más débiles para ayudarles a obtener lo que precisan. Los impuestos que pagamos al estado, en parte, son para pagar servicios sociales y ayudas solidarias para los más débiles.
Pero en nuestro día a día podemos ejercer este valor ayudando a las personas de nuestro entorno no solo en lo material, sino también en la parte de sentimientos y de convivencia.
La solidaridad nos da una sensación de unión como pueblo y de ayuda mutua que nos hace sentir más seguros.
La capacidad de diálogo: Es un valor muy importante ya que reúne muchos de los otros valores expuestos. El respeto por las ideas diferentes, la humildad en la defensa de las propias y la libertad bien ejercida a la hora de debatir las opiniones.
Las normas de comportamiento: Si usted comparte dormitorio con un hermano sabrá todos los roces que surgen debidos a la convivencia y seguramente habrán tenido que establecer normas explícitas y tácitas para poder mejorar la relación. No usar la parte del armario de la otra persona, no dejar los zapatos por medio para que no se tropiece el otro o no invadir todo el espacio con nuestras cosas. En la sociedad sucede lo mismo. Algunas de estas normas están recogidas en las leyes y reglamentos, pero otras son de sentido común y las respetamos por lógica y porque sabemos que favorecen la convivencia entre las personas.
Valores cívicos en el hogar
El niño o adolescente es una esponja que aprende de todo lo que tiene a su alrededor. La familia, la escuela, los amigos y los medios de comunicación son las principales fuentes de dónde puede extraer sus conclusiones, elaborar sus códigos morales y aprender los valores cívicos.
La importancia de la familia es fundamental. Si en el hogar hay una buena comunicación y se permite al joven expresar sus dudas y debatir sobre estos temas, este tendrá la mejor fuente de información y sin duda alguna será capaz de separar los auténticos valores de los falsos que por desgracia también existen en la sociedad y que muchos medios de comunicación publicitan.
En el hogar el joven aprende los valores cívicos y morales desde pequeño, tanto con lo que los padres dicen como con aquello que hacen. Es bueno hablar con el niño y explicarles de una forma sencilla lo importante que es hacer las cosas de una forma correcta, pero tan importante como eso es hacerlo bien para que aprendan con el ejemplo. Si usted, como joven, tiene hermanos pequeños, también tiene una responsabilidad con ellos. Piense qué clase de persona querría que fueran cuándo crezcan y no dude en ser para ellos un buen espejo en el que mirarse.
Los padres no deben de olvidar lo importantes que pueden ser los amigos, la televisión o los artistas famosos para sus hijos y es bueno que se preocupen en debatir con ellos sobre aquello que ven y lo que representa.
Un ejemplo muy común es cuándo vemos un debate en la televisión. A menudo los contertulios se interrumpen sin dejar que el otro exprese su opinión o desprecian lo que el contrario dice de malos modos, gritando y hablando alteradamente. Si una persona joven ve eso día tras día es posible que cuándo tenga que discutir algo lo haga de la misma forma, subiendo la voz para imponerse y faltando al respeto al resto de las personas.
Los padres, cuándo esto ocurre en la televisión, deben de explicar que eso no es correcto y que no es la forma adecuada de defender las ideas. Es una lucha dura, ya que los medios de comunicación tienen mucha fuerza y día tras días el joven se ve influenciado no solo por esto, sino por otros muchos mensajes que recibe y que son contrarios a los auténticos valores cívicos.
El respeto a los padres y a los hermanos; ayudarse los unos a los otros para conseguir aquello necesario; el que los padres traten a los hijos con igualdad y justicia… todo esto son valores cívicos en el hogar.
También deben de existir normas de comportamiento: recoger la habitación, tratar bien los muebles y electrodomésticos de la casa, ayudar a mantenerla limpia, cumplir con las tareas encomendadas etc.
Los valores cívicos en la escuela
Al centro de estudios se acude a recibir formación cultural, pero también debemos de convivir con profesores y compañeros, por lo que los valores cívicos están muy presentes en cada uno de los actos de la vida académica. Un buen maestro nos ayudará a conocer y comprender estos valores y hará que se respeten en su aula, pero no por la fuerza, sino convenciendo con la palabra y los buenos argumentos ya que de este modo aprenderemos sobre el diálogo.
La convivencia con los compañeros y el respeto a aquellos que no piensan como nosotros se mostrarán fundamentales para el día a día, sobre todo cuándo estemos todos en un aula y tengamos que trabajar en equipo.
Evidentemente también es importante seguir unas normas de comportamiento: guardar cola en el comedor o cafetería, no arrojar papeles al suelo, ayudar a un compañero si está en nuestra mano hacerlo, ser amables cuándo hablamos con los demás…
Valores cívicos en la sociedad
Algunos valores cívicos debemos de seguirlos porque de no hacerlo la ley podría hacernos pagar una multa o incluso podríamos tener pena de prisión. Por ejemplo, tirar basura en la calle puede hacer que nos impongan una sanción económica y conducir un vehículo sin la pertinente licencia podría hacer que fuésemos a la cárcel si hemos causado un accidente.
Pero existen otras normas que son básicas y de respeto, que nos ayudan a ser mejores personas y mejores ciudadanos. Ayudar a un invidente que necesita cruzar una vía, ceder el asiento a un anciano en el transporte público o atender a una persona que se ha caído y se ha lastimado son cosas que todos debemos de hacer aunque no haya ninguna ley expresa que nos obligue a ello. Aunque sea por el motivo egoísta de que mañana podría ser usted el que se cayera o el que precise que le cedan el sitio.
Cómo hemos visto en el apartado de la familia, es muy común hoy en día recibir mensajes contradictorios sobre los valores cívicos y morales. Usted debe de aprender a valorar todo lo que ve, decidir qué está bien y qué está mal y establecer sus prioridades. Para ayudarle en ese proceso, que continuará a lo largo de toda su vida, tiene a su familia y a sus educadores a los que puede consultar todas las dudas y conflictos que se le plateen.
¿Es necesaria una asignatura de valores cívicos?
Existen dos posturas enfrentadas en este terreno. Una defiende la necesidad de una asignatura en la que se enseñen valores cívicos y ciudadanos y otra que opina que esto no es necesario. Veamos los argumentos de cada una de estas teorías.
Los defensores de la asignatura de valores cívicos basan la necesidad de esta en que estos valores son muy importantes para formar a ciudadanos responsables y consecuentes con unos valores comunes imprescindibles para que exista una convivencia pacífica y las personas sean miembros productivos y colaboradores de la sociedad. Del mismo modo que hay que formar culturalmente a las personas, también es necesario formarlos en la ética.
Los niños y adolescentes pasan muchas horas al día en el centro de estudios y por tanto la importancia de los maestros es básica cuándo se trata de inculcar valores a los jóvenes.
En el otro lado están los que no ven la necesidad de una asignatura específica sobre valores cívicos. Esto no quiere decir que crean que los valores no son importantes y que los centros de educación no tienen una responsabilidad al respecto. Pero opinan que los valores se deben de transmitir en todas y cada una de las clases. Un profesor puede enseñar respeto mientras educa en las matemáticas, o hablar de la igualdad de sexos en una clase de ciencias naturales.
Los valores cívicos están presentes en todos los aspectos de la vida y los comportamientos contrarios a ellos se deben de corregir en cualquier ocasión. Del mismo modo en cada momento se pueden inculcar los valores correctos.
¿Qué opina usted sobre esto? Es un buen tema de debate para una clase o para un ensayo sobre ética, ¿no le parece?
http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89tica_c%C3%ADvica
http://elamigodelhogar.blogspot.com.es/2011/09/engendro-de-valores-civicos-eticos-y.html
muy bno el articulo 🙂